Toda compañía que trabaje con media basa su negocio, precisamente, en la creación y adquisición de contenido, en su manipulación, gestión, archivado y distribución. Suena muy simple pero, por supuesto, no lo es. En este entorno, los sistemas de gestión de media o Media Asset Management se han convertido en el auténtico corazón del negocio. La pregunta principal es: ¿Cómo podemos asegurarnos de que extraemos el máximo valor de nuestros assets con uno de estos sistemas? En este extenso artículo repasamos cómo lograrlo.
Hoy en día prácticamente a todo el mundo le resulta familiar la expresión “el contenido es el rey”. Sin embargo, no muchas personas saben que ésta fue inventada y pronunciada por primera vez nada más y nada menos que por Bill Gates en 1996. Lo hizo para referirse al futuro de Internet y describirlo como un marketplace de contenido.
¡Qué clarividente fue! El contenido está hoy día en todas partes y los consumidores (y los negocios) tienen un apetito voraz por él. Para ellos significa todo: de vídeos instructivos en YouTube a podcasts y, por supuesto, entretenimiento. El contenido es probablemente el mayor activo que un broadcaster o compañía de media puede tener. Es el valor sobre el que empresas como Netflix han pasado de la nada en 1997 a contar con una asombrosa facturación actual que ronda los 16.000 millones de dólares.
Y no es sólo importante para los broadcasters. También lo es para los propietarios de contenido, agencias de noticias, instituciones públicas, universidades, empresas privadas… En definitiva, para todo tipo de empresa que posea contenido con un valor inherente.
El ciclo de vida del contenido
De hecho, si pensamos en ello más detenidamente, todo el negocio de una compañía de Broadcast y media se basa precisamente en la creación y adquisición de contenido, en su manipulación, gestión, archivado y distribución. Suena muy simple pero, por supuesto, no lo es.
El contenido se compone casi exclusivamente de media, pero eso sí, de innumerables tipos: desde archivos de noticias hasta telenovelas, de publicidad a brutos y metrajes. Muchos individuos con diferentes responsabilidades dentro de una organización “tocarán” ese contenido – y, en un “mundo tan distribuido” como el actual, esos individuos muy probablemente no estén siquiera localizados en un mismo sitio. El contenido necesita ser archivado para posteriormente, poder ser fácilmente accesible, a la vez que se mantiene siempre seguro y a buen recaudo (un buen sistema de gestión de permisos es esencial para ello). La distribución que antaño se realizaba simplemente a una pantalla de televisión, ha dejado ya de ser para siempre un proceso tan sencillo. Donde antes el contenido se entregaba exclusivamente de manera lineal, ahora requiere estar disponible bajo demanda a petición de los consumidores. De hecho, hoy día más de la mitad de nosotros consumimos contenido en nuestros smartphone.
Dada la importancia tan fundamental que tienen los assets de media para los broadcasters y compañías de la industria M&E, escoger la forma de gestionarlos requiere una consideración muy cuidadosa. El sistema de gestión de contenidos o de assets de media es el corazón de todo negocio. La pregunta principal aquí es: ¿Cómo puedo entonces asegurarme de que estoy extrayendo el máximo valor de mis assets de manera eficiente?
Escalable y de fácil integración
Primeramente, el software escogido debería ser abierto y fácilmente integrable con multitud de sistemas de terceros dentro de la organización. Esa apertura permitirá que sea más escalable en el futuro y facilitará también incluir todo tipo de mejoras en él, a medida que las necesidades del negocio y de la tecnología vayan cambiando. La Inteligencia Artificial, por ejemplo, se presenta como una nueva tecnología con un potencial muy significativo para transformar la gestión de assets de media tal como la conocemos hoy día.
Asimismo, como dos organizaciones nunca serán iguales, el sistema debería ser también sencillo en uso y fácilmente comprensible para permitir su máxima personalización según las necesidades específicas que tenga cada negocio.
El Media Asset Management óptimo debería permitir insertar de manera fácil una amplísima variedad de metadatos para asegurar que el contenido sea siempre fácilmente localizable y pueda estar asociado con otros contenidos. Y si además, el software cuenta con extracción automática de determinados tipos de metadatos de un fichero, tales como la duración o el formato, mucho mejor aún.
¿Cómo de fácil te resulta buscar el contenido que necesitas en tu día a día? Quizá no exista aspecto más importante de un sistema MAM que cómo maneja éste los metadatos. Es la funcionalidad que verdaderamente desata todo el potencial y el valor de nuestros contenidos. Puede obtener más información sobre cómo VSN trabaja en la mejora continúa de la gestión de metadatos aquí.
El sistema ideal también debe facilitar no sólo la gestión de contenidos, sino la de todos los procesos de la compañía, dado que las organizaciones precisamente buscan mejorar, optimizar y en ocasiones también automatizar sus flujos de trabajo.
Existen muchísimas otras preguntas que un comprador potencial de una solución para gestión de media y archivo debería preguntarse. Por ejemplo, ¿soporta la solución procesos de transcodificación? ¿Cómo de bueno es el sistema catalogando contenido? Puede encontrar muchas más ideas y cuestiones resueltas sobre este tema en este white paper.
Más específicamente, podría resultar interesante preguntarle a un proveedor algunas otras cuestiones como las siguientes:
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- ¿Cómo de fácil resulta la distribución de ficheros con esta solución, una vez han sido catalogados y archivados?
- ¿Se integra de manera avanzada con sistemas de terceros?
- ¿Dispone su sistema MAM de herramientas de Inteligencia Artificial para facilitar y acelerar los flujos de trabajo de su operativa diaria?
- Refiriéndonos a la aceleración y simplificación de los flujos de trabajo, ¿ofrece herramientas para detección y catalogación automáticas de metadatos?
- ¿Es una solución basada en web?
En VSN contamos con una respuesta “Sí” para todas estas preguntas y es nada más y nada menos que nuestra solución VSNExplorer MAM.
En 1996 Bill Gates no pudo predecir la creciente importancia de los influencers en redes sociales o de los vídeos de gatos. Tampoco la aparición de fenómenos como las fake news. Sin embargo, dado que sí fue capaz de prever que el futuro estaría muy estrechamente relacionado con el valor del contenido, parece muy justo perdonarle cualquier otro tipo de omisión.